La acumulación de mocos y flemas es la consecuencia de un refriado, catarro, gripe o incluso del propio llanto del niño. Ante esto debemos actuar de inmediato pues de no ser así puede provocar dificultad para respirar, tos, complicar la lactancia e incluso dar paso a enfermedades más importantes.
¿Por qué es preciso evitar la acumulación de...
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