Cada vez es más frecuente escuchar historias sobre sitios en los que no se admite la entrada a los niños o leer denuncias de algún padre porque en determinado lugar les han tratado mal por tener hijos ruidosos.
Pues así me he sentido yo en más de una ocasión. Y así, concretamente, me sentí la otra tarde en el dentista.
Lo primero que tenemo...
Si te gusto esta noticia puede que te interesen estas..