Aunque la publicidad a veces nos diga lo contrario, la felicidad no se mide en kilos; aunque la vecina del tercero a la que pasamos revista de arriba abajo en el ascensor nos haga dudar, la felicidad no se mide en kilos; e incluso aunque nosotras mismas nos autoflagelemos prohibiéndonos de vez en cuando algunos placeres culinarios, ¡la felicidad ...
Si te gusto esta noticia puede que te interesen estas..