Una de las maravillas de la infancia es la capacidad de actuar sin pensar en el mañana, ni siquiera en el luego, en el más tarde.Por alguna extraña razón, muchos adultos boicoteamos nuestra propia vida con preocupaciones casi siempre absurdas. No pisamos un charco por no resfriarnos, regresamos a casa a por el móvil olvidado por si acaso, tom...
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