Ayer fue uno de esos días en los que nada sale bien.
Llegué a casa muy decepcionada, malas noticas en el doctor, el vitiligo al parecer no es tan fácil de curar, han aparecido dos manchas y el doctor me dijo que el no podía tratarlas, me quedé sin muchas ganas de avanzar.
Llegué a casa y le pedí a mi hija que me abrazará, me recosté...
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