En ocasiones, debido a enfermedades como la gripe estomacal o a que tengamos la temperatura demasiado elevada en casa, la pérdida de agua del cuerpo puede ser mayor de lo habitual incluso en invierno, y esto puede conducir a la deshidratación en los bebés. Es importante procurar estar siempre atentos y más si el bebé pasa por un proceso gripal...
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