Hago balance del año que termina y solo hay lágrimas en mis ojos, quizás algún atisbo de sonrisa a lo lejos repasando los logros y trastadas (sobre todo esto último) de #Gusanito, pero no son más que eso, sombras de lo que podían ser. Y es que, cuando lo malo ha sido tan malo, lo bueno queda oculto, inadvertido entre los recuerdos y el dolor...
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