Hasta el pasado mes de junio mi hija no había consentido en sus cinco años de vida (salvo cuando era bebé) meterse en una piscina en la que no hiciera pie. Daba igual que fuera pertrechada con manguitos, flotador y en brazos de sus progenitores. Decía que no y que no. Solo quería bañarse en piscinas bajitas, como ella decía. Así que en esto...
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