La primera vez fue sin querer, sin pensar, sin haberlo buscado. Estaba abocada a alguna lectura que, de algún modo resultó especial. De repente mis sentidos se despertaron, con cada palabra que leía me iba haciendo consciente de mi cuerpo, como si hubieran arrojado sobre mí una lluvia de pequeñas plumas que cosquilleaban sobre cada milímetro ...
Si te gusto esta noticia puede que te interesen estas..