No quiero lamentarme, ni llorar, ni parecer una triste que va quejándose por las esquinas, porque cuando me pongo así me caigo mal a mí misma.Pero esto es lo que es.Mi hijo aún no ha cumplido los diez años, no llega a treinta kilos y ya no puedo con él.Sus, llamémosle peculiaridades, cada vez se encuentran más exacerbadas. Se han incrementa...
Si te gusto esta noticia puede que te interesen estas..