Uno de los momentos más divertidos de los proyectos artísticos de mi nenito y que recuerdo con mucho cariño, es en el que yo pintaba sus manitos y él emocionado estampaba sus huellas en una hoja de papel tras otra. Se reía a carcajadas y hasta daba gritos de alegría. Lo hacíamos seguido cuando tenía uno y dos años, pero con el pasar del ti...
Si te gusto esta noticia puede que te interesen estas..