Las cosas que no se dicen, no se callan. No hay nada de silencioso en esas cosas que nos guardamos labios adentro. Al contrario, son esas cosas que no decimos las que quedan pululando, se convierten en un millón de abejas ensordeciendo la mente y el corazón, golpeándose contra las paredes de lo que ahora parece un cuerpo vacío, solo habita...
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