En un lugar llamado Annhas, vivía Carl, su esposa Amelia y la pequeña hija de ambos, Iris que con 4 meses dejaba asomar el color anaranjado de los rizos que más tarde, crecerían como cabello. Su boca que aún no asomaba dientes, sonreía cada vez que veía a su padre y la mirada que iluminaba sus ojos azules, encandilaban a su madre en un ac...
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