En septiembre de 2013 entrábamos, con algo de incertidumbre y miedo -porqué no reconocerlo-, en el interior de una sala repleta de profesionales para hablar de nuestro hijo Rodrigo. El centro de educación especial al que acudía había cerrado por "inviabilidad económica" y la propia ex directora nos había derivado a la Fundación Gi...
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