Eso que nos acerca y que nada tiene que ver con la parte mielosa de ser madre e hijo que más bien nos lleva al terreno de la sal por esas lágrimas que he soltado al sentirme poco capaz de ser tu madre, por el sudor de sacarte de mi cuerpo, cargarte, seguirte el paso.
Eso, lo que nos hará entrañables, las palabras que se volver...
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