Queremos venderle la cabra a nuestros hijos con eso de que todos somos iguales. Queremos hacerles creer que nacemos iguales, seamos hombres o mujeres, y que así debemos llegar a viejos. Y, sin embargo, día a día, toleramos actitudes, gestos y palabras en forma de micromachismos disimulados que se camuflan dentro de la normalidad m...
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