Por allá mitad de mayo del 2020, me topaba por casualidad con que dos pollitos iban a ser sacrificados y, como aquello no entraba en mi cabeza, me los traje para casa. Uno de ellos, desafortunadamente pereció en las fauces de Fosca, nuestra teckel pero el otro, pudo salvarse. Aquello fue un antes y un después en nuestros vidas ya...
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